Con este post, comienza una serie de 7 artículos en los que os voy a contar los descubrimientos que hemos realizado en nuestra visita a las Rías Altas (Galicia). Nuestro viaje comienza en Pontedeume (provincia de A Coruña) y terminará en Ribadeo (provincia de Lugo).
No sólo bordearemos la costa, también nos aventuraremos a internarnos en esa Galicia rural, que tan de moda ha puesto el Turismo Rural en los últimos años, en resumen para pasar unas vacaciones diferentes y alternativas.
En este primer día nos movimos por Pontedeume y sus alrededores.
Monasterio de Monfero
Para la primera visita del día, partimos de Pontedeume, y tras cruzar el puente de 15 arcos datado en el año 1870, giramos a la izquierda en dirección a Monfero, nos introducimos en la Galicia más rural. Después de recorrer unos 15 km llegamos a Monfero, hay que ir atentos, porque desvío que sale a la izquierda en dirección al Monasterio está un poco escondido.
El día había amanecido con una poca de niebla y cuando nos encontramos este monasterio cisterciense delante de nosotros, parecía que estábamos en una película de terror. La parte que da a la carretera está abandonada, sin ventanas y la maleza se está apoderando de ella, nos impresionó bastante.
Tras llegar al recinto, descubrimos que había otra parte, la cual está en uso en la actualidad. Lo que más nos gustó de ella fue su bóveda y su fachada barroca.
Pontedeume
Volvimos por la misma carretera que habíamos traído, hasta llegar de nuevo a Pontedeume, nuestra siguiente parada.
Antes de iniciar el viaje, nos habían hablado que fuéramos buscando los mercadillos que se celebran en los pueblos, no para comprar zapatos o "trapitos", sino para degustar los productos de la tierra y el mar a unos precios baratísimos. Pues tuvimos suerte y nos encontramos que en Pontedeume se celebraba el mercadillo de los Sábados. Aquí comenzamos a degustar y apreciar la gastronomía Gallega.
Nos encontramos un puesto en el que una familia vendía empanadas gallegas de "soubas" (sardinas), mejillones, zamburiñas y atún, además de tartas de queso y toda clase de panes. No nos pudimos resistir a la tentación de probar la empanada y la tarta.
Después de todo esto se nos abrió el apetito, por lo que nos fuimos por la parte vieja, y descubrimos un bar con cuatro mesas en la calle (se llamaba "Zas"), en el que comimos a base de generosas tapas por poquísimo dinero (1 € cada una de ellas).
Después de la comida nos dimos una vuelta por el pueblo, para ver el puente de 15 arcos sobre la desembocadura del río Eume y el torreón de los Andrade, hoy reconvertido en oficina de turismo.
Fragas del Eume y monasterio de Caaveiro
De nuevo cogimos el coche y nos fuimos en dirección a Monfero, pero antes de abandonar Pontedeume, nos desviamos a la izquierda en dirección al Monasterio de Caaveiro.
Nuestra próxima parada es visitar las Fragas del Eume. Es un espeso bosque situado a tan solo 10 km de la costa con vegetación autóctona (los eucaliptos todavía no han podido con esta parte de Galicia). Unos 7 km antes de llegar al monasterio de Caaveiro, se encuentra el centro de interpretación del parque. En este punto tuvimos que dejar el coche y coger un autobús gratuito que nos llevaría el resto del camino. Si lleváis tiempo, os aconsejamos que lo hagáis andando, por lo menos la ida.
Es una maravilla, bosques cerrados, encajonados en un valle profundo siguiendo el curso del Eume.
Desde donde te deja el autobús, todavía hay una pequeña subida hasta llegar al monasterio cisterciense de Caaveiro. En la actualidad pertenece a la diputación de A Coruña y se encuentra en plena restauración. Cada hora un guía muestra el recinto explicándote alguna curiosidad o mito, como el que dice que fue utilizado por la Santa Inquisición para torturar a los herejes y así hacerles confesar sus culpas.
Tras esta visita dimos el día por concluido. Había sido una jornada de turismo rural, más que de costa, pero había merecido la pena; descubrimos rincones muy interesantes.
Ver las fotos de: "Rias Altas I - Pontedeume"
No sólo bordearemos la costa, también nos aventuraremos a internarnos en esa Galicia rural, que tan de moda ha puesto el Turismo Rural en los últimos años, en resumen para pasar unas vacaciones diferentes y alternativas.
En este primer día nos movimos por Pontedeume y sus alrededores.
Monasterio de Santa María de Monfero |
Para la primera visita del día, partimos de Pontedeume, y tras cruzar el puente de 15 arcos datado en el año 1870, giramos a la izquierda en dirección a Monfero, nos introducimos en la Galicia más rural. Después de recorrer unos 15 km llegamos a Monfero, hay que ir atentos, porque desvío que sale a la izquierda en dirección al Monasterio está un poco escondido.
El día había amanecido con una poca de niebla y cuando nos encontramos este monasterio cisterciense delante de nosotros, parecía que estábamos en una película de terror. La parte que da a la carretera está abandonada, sin ventanas y la maleza se está apoderando de ella, nos impresionó bastante.
Tras llegar al recinto, descubrimos que había otra parte, la cual está en uso en la actualidad. Lo que más nos gustó de ella fue su bóveda y su fachada barroca.
Monasterio de Santa María de Monfero |
Volvimos por la misma carretera que habíamos traído, hasta llegar de nuevo a Pontedeume, nuestra siguiente parada.
Antes de iniciar el viaje, nos habían hablado que fuéramos buscando los mercadillos que se celebran en los pueblos, no para comprar zapatos o "trapitos", sino para degustar los productos de la tierra y el mar a unos precios baratísimos. Pues tuvimos suerte y nos encontramos que en Pontedeume se celebraba el mercadillo de los Sábados. Aquí comenzamos a degustar y apreciar la gastronomía Gallega.
Nos encontramos un puesto en el que una familia vendía empanadas gallegas de "soubas" (sardinas), mejillones, zamburiñas y atún, además de tartas de queso y toda clase de panes. No nos pudimos resistir a la tentación de probar la empanada y la tarta.
Después de todo esto se nos abrió el apetito, por lo que nos fuimos por la parte vieja, y descubrimos un bar con cuatro mesas en la calle (se llamaba "Zas"), en el que comimos a base de generosas tapas por poquísimo dinero (1 € cada una de ellas).
Después de la comida nos dimos una vuelta por el pueblo, para ver el puente de 15 arcos sobre la desembocadura del río Eume y el torreón de los Andrade, hoy reconvertido en oficina de turismo.
Fragas del Eume |
De nuevo cogimos el coche y nos fuimos en dirección a Monfero, pero antes de abandonar Pontedeume, nos desviamos a la izquierda en dirección al Monasterio de Caaveiro.
Nuestra próxima parada es visitar las Fragas del Eume. Es un espeso bosque situado a tan solo 10 km de la costa con vegetación autóctona (los eucaliptos todavía no han podido con esta parte de Galicia). Unos 7 km antes de llegar al monasterio de Caaveiro, se encuentra el centro de interpretación del parque. En este punto tuvimos que dejar el coche y coger un autobús gratuito que nos llevaría el resto del camino. Si lleváis tiempo, os aconsejamos que lo hagáis andando, por lo menos la ida.
Es una maravilla, bosques cerrados, encajonados en un valle profundo siguiendo el curso del Eume.
Desde donde te deja el autobús, todavía hay una pequeña subida hasta llegar al monasterio cisterciense de Caaveiro. En la actualidad pertenece a la diputación de A Coruña y se encuentra en plena restauración. Cada hora un guía muestra el recinto explicándote alguna curiosidad o mito, como el que dice que fue utilizado por la Santa Inquisición para torturar a los herejes y así hacerles confesar sus culpas.
Tras esta visita dimos el día por concluido. Había sido una jornada de turismo rural, más que de costa, pero había merecido la pena; descubrimos rincones muy interesantes.
Ver las fotos de: "Rias Altas I - Pontedeume"
Hace poco estuve en Galicia y ví las rías. Sin duda los más bellos paisajes de España, gracias por la información.
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