Hoy nuestra ruta comienza en el origen de París, la Cité. Son dos pequeñas islas en el río Sena, que ya fueron habitadas por un pueblo Celta llamado los Parisii.
Para llegar hasta ella, cogimos el metro y nos bajamos en la estación de Cité. La primera sorpresa del día nos la encontramos nada más salir del metro, aparecimos en el tradicional mercado permanente de flores y pájaros. París tiene mucha tradición floral y este es uno de los más famosos mercados.
De todo lo que vimos, nos quedamos maravillados con una pequeña tienda que estaba llena de Duendes, Elfos y Hadas para poner en tus jardines. No había un solo rincón en el que no te encontraras un personaje de cuento, no os la tenéis que perder, es muy, muy original.
Notre Dame
Desde el mercado, anduvimos unos 100 metros y llegamos a nuestro primer destino del día, la Catedral de Notre Dame. Es impresionante y se tarda en ver unas cuantas horas. Como los lugares típicos de la catedral seguros que no os los perdéis, os contaremos algún que otro rincón que descubrimos.
Tenéis que ir a la parte de atrás, esta vista de la catedral es totalmente diferente a la frontal, y parece que estáis visitando otro monumento diferente. Pasear un ratito por sus jardines traseros es muy recomendable.
Fuera de la catedral, en su fachada izquierda, está la puerta para subir a las torres. Nosotros subimos por la empinada escalera de caracol, escalón a escalón (387), en busca de Quasimodo (el jorobado de Notre Dame). Conforme subes, parece que te lo vas a encontrar, es un lugar estrecho y oscuro hasta llegar a la parte alta de las torres, donde tienes unas preciosas vistas de París.
Pero lo que más nos sorprendió, fueron ver las gárgolas de cerca. Observándolas sientes una especie de miedo y respeto.
Ya que estábamos allí arriba seguimos buscando al jorobado y nos encontramos con la campana de Emmanuel de 13 toneladas, y que fue la más grande de su época.
Sainte-Chapell
Desde la catedral de Notre Dame, y sin salir de la isla, nos dirigimos hasta la Sainte-Chapell.
Os aconsejamos que vayáis con tiempo, porque está dentro del recinto del palacio de justicia, y para entrar tienes que pasar un control de policía, en el que se forman largas colas.
Lo más bonito del lugar son sus 15 vidrieras, que representan más de 1.000 escenas religiosas.
Como curiosidad contaros que existen dos capillas, la inferior y la superior. En la inferior, de aspecto pobre y casi sin luz, se quedaban los sirvientes y plebeyos, y en la superior, donde están las vidrieras, era reservada para la nobleza y la realeza.
Opera de París
Para terminar el día nos fuimos por la Rue de Rivoli en dirección al Louvre y a su altura, cogimos a la derecha la avenida de la Opera, que nos llevó hasta la plaza de la Opera. Allí se encuentra la Opera Nadional de Paris Garnier en uno de los edificios más fotografiados de París.
Este barrio es una mezcla de entidades financieras y abundantes tiendas, desde las más exclusivas hasta las más baratas.
Junto a la Opera se encuentran las famosas Galerias Lafayette, donde descubrimos una heladería en el interior, con uno de los mejores helados que jamás hayamos probado. Creo que se llamaban "cupido".
Este fue nuestra última visita del día, desde aquí nos fuimos paseando hasta coger el metro en Madeleine para volver al hotel
Ver las fotos de: "París VII - De Notre Dame a la Opera"
Tienda de duendes |
Para llegar hasta ella, cogimos el metro y nos bajamos en la estación de Cité. La primera sorpresa del día nos la encontramos nada más salir del metro, aparecimos en el tradicional mercado permanente de flores y pájaros. París tiene mucha tradición floral y este es uno de los más famosos mercados.
De todo lo que vimos, nos quedamos maravillados con una pequeña tienda que estaba llena de Duendes, Elfos y Hadas para poner en tus jardines. No había un solo rincón en el que no te encontraras un personaje de cuento, no os la tenéis que perder, es muy, muy original.
Gárgolas de Notre-Dame |
Desde el mercado, anduvimos unos 100 metros y llegamos a nuestro primer destino del día, la Catedral de Notre Dame. Es impresionante y se tarda en ver unas cuantas horas. Como los lugares típicos de la catedral seguros que no os los perdéis, os contaremos algún que otro rincón que descubrimos.
Tenéis que ir a la parte de atrás, esta vista de la catedral es totalmente diferente a la frontal, y parece que estáis visitando otro monumento diferente. Pasear un ratito por sus jardines traseros es muy recomendable.
Fuera de la catedral, en su fachada izquierda, está la puerta para subir a las torres. Nosotros subimos por la empinada escalera de caracol, escalón a escalón (387), en busca de Quasimodo (el jorobado de Notre Dame). Conforme subes, parece que te lo vas a encontrar, es un lugar estrecho y oscuro hasta llegar a la parte alta de las torres, donde tienes unas preciosas vistas de París.
Pero lo que más nos sorprendió, fueron ver las gárgolas de cerca. Observándolas sientes una especie de miedo y respeto.
Ya que estábamos allí arriba seguimos buscando al jorobado y nos encontramos con la campana de Emmanuel de 13 toneladas, y que fue la más grande de su época.
Sainte-Chapell - París |
Desde la catedral de Notre Dame, y sin salir de la isla, nos dirigimos hasta la Sainte-Chapell.
Os aconsejamos que vayáis con tiempo, porque está dentro del recinto del palacio de justicia, y para entrar tienes que pasar un control de policía, en el que se forman largas colas.
Lo más bonito del lugar son sus 15 vidrieras, que representan más de 1.000 escenas religiosas.
Como curiosidad contaros que existen dos capillas, la inferior y la superior. En la inferior, de aspecto pobre y casi sin luz, se quedaban los sirvientes y plebeyos, y en la superior, donde están las vidrieras, era reservada para la nobleza y la realeza.
Opera de París
Para terminar el día nos fuimos por la Rue de Rivoli en dirección al Louvre y a su altura, cogimos a la derecha la avenida de la Opera, que nos llevó hasta la plaza de la Opera. Allí se encuentra la Opera Nadional de Paris Garnier en uno de los edificios más fotografiados de París.
Este barrio es una mezcla de entidades financieras y abundantes tiendas, desde las más exclusivas hasta las más baratas.
Junto a la Opera se encuentran las famosas Galerias Lafayette, donde descubrimos una heladería en el interior, con uno de los mejores helados que jamás hayamos probado. Creo que se llamaban "cupido".
Este fue nuestra última visita del día, desde aquí nos fuimos paseando hasta coger el metro en Madeleine para volver al hotel
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