Cala San Vicente es una de las calas más accesible de Mallorca. Está situada en el Noreste de la isla, camino de Cabo Formentor y cerca de Pollença.
Unos amigos habían venido a visitarnos a Mallorca. Unos cuantos querían playa, otros algún sitio para comer bien cerca de la playa y una de nuestras amigas quería estrenar sus gafas de buceo y aletas. Además todos ellos querían conocer la isla.
Juntando todo esto, decidimos ir a Cala San Vicente. Pero en vez de ir directamente planeamos la ruta pasando por la Sierra de Tramuntana. Nos fuimos hasta Soller, continuamos hasta el monasterio de Lluc y llegamos a la Cala San Vicente bordeando el mar.
Lo bueno (y a la vez lo malo) que tiene esta cala es que se llega cómodamente con el coche, hay aparcamiento y tiene cerca restaurantes y "chiringuitos".
Podríamos decir que son varias pequeñas playitas, junto al pueblo de San Vicente, lo suficientemente escondidas para no estar masificadas y lo suficientemente comunicadas para poder llegar fácilmente.
Llegamos casi a la hora de comer, por lo que nos pasamos por Pollença y comimos en el Celler El Moli. No era la primera vez que íbamos por allí y como siempre pedimos uno de nuestros platos favoritos: frito Mallorquín de pulpo.
Después de comer y tras dar un paseo para hacer la digestión (esto nos lo han inculcado las madres desde pequeños 😅), terminamos llegando a la Cala de San Vicente. La tarde ya esta empezando a llegar y el sol no pegaba demasiado.
Nos tumbamos un ratito en la arena de la playa y mientras tanto nuestra amiga con su equipo de snorkel, se fue a buscar aguas cristalinas.
Pasado un rato la perdimos de vista y cuando fuimos a buscarla, había descubierto una zona a la derecha de la cala, donde no había arena y todo era roca. El agua era cristalina y tenía un color turquesa alucinante. El agua estaba tranquila y podíamos ver perfectamente el fondo.
Nuestra amiga estaba encantada, la tarde ya estaba cayendo, la luz era muy bonita y los colores tenían un contraste difícil de encontrar a otra hora del día.
El problema lo tuvimos para convencerla que tenía que ir saliéndose del agua para volver al Palma.
Unos amigos habían venido a visitarnos a Mallorca. Unos cuantos querían playa, otros algún sitio para comer bien cerca de la playa y una de nuestras amigas quería estrenar sus gafas de buceo y aletas. Además todos ellos querían conocer la isla.
Juntando todo esto, decidimos ir a Cala San Vicente. Pero en vez de ir directamente planeamos la ruta pasando por la Sierra de Tramuntana. Nos fuimos hasta Soller, continuamos hasta el monasterio de Lluc y llegamos a la Cala San Vicente bordeando el mar.
Lo bueno (y a la vez lo malo) que tiene esta cala es que se llega cómodamente con el coche, hay aparcamiento y tiene cerca restaurantes y "chiringuitos".
Podríamos decir que son varias pequeñas playitas, junto al pueblo de San Vicente, lo suficientemente escondidas para no estar masificadas y lo suficientemente comunicadas para poder llegar fácilmente.
Llegamos casi a la hora de comer, por lo que nos pasamos por Pollença y comimos en el Celler El Moli. No era la primera vez que íbamos por allí y como siempre pedimos uno de nuestros platos favoritos: frito Mallorquín de pulpo.
Después de comer y tras dar un paseo para hacer la digestión (esto nos lo han inculcado las madres desde pequeños 😅), terminamos llegando a la Cala de San Vicente. La tarde ya esta empezando a llegar y el sol no pegaba demasiado.
Nos tumbamos un ratito en la arena de la playa y mientras tanto nuestra amiga con su equipo de snorkel, se fue a buscar aguas cristalinas.
Pasado un rato la perdimos de vista y cuando fuimos a buscarla, había descubierto una zona a la derecha de la cala, donde no había arena y todo era roca. El agua era cristalina y tenía un color turquesa alucinante. El agua estaba tranquila y podíamos ver perfectamente el fondo.
Nuestra amiga estaba encantada, la tarde ya estaba cayendo, la luz era muy bonita y los colores tenían un contraste difícil de encontrar a otra hora del día.
El problema lo tuvimos para convencerla que tenía que ir saliéndose del agua para volver al Palma.
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